Largas horas de domingo en el silencio de la casa sola
son musas preciosas para la escritura
cuando no se rebelan y dejan el papel en blanco
cediendo a otras cosas ese intemporal momento.
Con la voluntad impropia de una sana desidia
desgrano mi tiempo leyendo las innanes noticias
del simple Dominical que compré esta mañana
tan de rutina para el café de siempre.
Me asalta de pronto un verso sin rima
que anoto al momento en la revista
porque quiero dedicarlo al amor inexistente
de esos ojos oscuros que me miran.
Sunday, May 30, 2010
Thursday, May 27, 2010
Subscribe to:
Posts (Atom)